El Proceso de Evaluación Educativa
Con
mucha frecuencia las discusiones sobre la pertinencia o la utilidad de los
procesos de evaluación en el ámbito del sistema educativo se basan en un
conjunto de significados que simultáneamente le son atribuidos a la evaluación
y en ello se origina la consecuente disparidad de criterios.
1. Se destacan las
opiniones asocian la evaluación a los exámenes y estos últimos son considerados
un instrumento de poder que refleja un estilo de enseñanza conservador y
autoritario que produce secuelas negativas en el desarrollo de los alumnos
2. La emisión de
juicios de valor sobre los alumnos y sobre la calidad de sus tareas se suelen
basar en una información muy elemental, es decir que la tendencia en la
práctica evaluadora es la de reducir el espectro de las informaciones y por lo
tanto sobresimplificar los juicios de valor.
3. Con frecuencia
los instrumentos de evaluación se usan a menudo con fines diferentes para los
que fueron diseñados por ejemplo cuando se administran altas calificaciones
como premios y las bajas calificaciones como castigo convirtiéndolas así en un
instrumento de control disciplinario o similar.
5. Existe una
tendencia fuerte a identificar evaluación y calificación lo que manifiesta una
vez más el deterioro del concepto mismo de evaluación educativa.
6. Los instrumentos
de evaluación que habitualmente se diseñan se refieren a un número muy reducido
de competencias cognoscitivas, muchas veces reducida a la memorización
comprensiva por ejemplo lo cual deja de lado un conjunto importante de procesos
y competencias involucrados en el aprendizaje que por lo tanto debieran ser
objeto de evaluación.
7. Los significados
más frecuentemente asociados con la evaluación son las ideas relativas a:
· El control
externo
· La función
penalizadora
· El cálculo del
valor de una cosa
· La calificación
· El juicio sobre
el grado de suficiencia o insuficiencia de determinados aspectos.
Estas
ideas relacionadas con la calificación propia del ámbito escolar ha ido
permeando la definición de evaluación en su sentido más amplio y a su vez ha
contribuido a la generación de un conjunto de estereotipos que dificultan la
práctica evaluadora. En este sentido la mayoría de las definiciones sobre
evaluación se enmarcan en un plano que se puede denominar normativo. Es decir,
en el deber ser que define un modelo ideal y se constituye en el referente
evaluativo.
La
evaluación así aparece solo como una probabilidad de determinar en qué medida
las acciones realizadas se ajustan o no a ese patrón normativo y no tanto como
una posibilidad de definir nuevas normas o bien recrear las existentes. Este
significado algo débil o incompleto de evaluación no se plantea con un sentido
constructivo, como una opción para revisar el proceso de enseñanza y
aprendizaje, para incidir directamente en la toma de decisiones en diferentes
ámbitos definiendo el sentido de la orientación de tales acciones.
De
este modo a pesar que la afirmación sobre la necesidad de la evaluación como
una herramienta fundamental para mejorar la calidad de los procesos de
enseñanza y aprendizaje, es indudable que la práctica pedagógica en nuestras
escuelas ha estado caracterizada por una débil cultura de la evaluación. Esto
se manifiesta en escenas que a diario se repiten en nuestras escuelas que
reafirman esta percepción generalizada de la evaluación como un requisito
formal con escaso o nulo valor pedagógico.
En
el proceso de construcción de una definición de evaluación que resulte más
comprensiva es posible enumerar una serie de características que siempre están
presenten en un proceso de evaluación y que sin duda amplían el horizonte de su
aplicación. En primer lugar se puede afirmar que toda evaluación es un proceso
que genera información y en este sentido siempre implica un esfuerzo
sistemático de aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta
información no es casual o accesoria sino que la información que se produce a
través de la evaluación genera conocimiento de carácter retroalimentador, es
decir significa o representa un incremento progresivo de conocimiento sobre el
objeto evaluado.
Desde esta perspectiva la evaluación permite
poner de manifiesto aspectos o procesos que de otra manera permanecen ocultos,
posibilita una aproximación en forma más precisa a la naturaleza de ciertos
procesos, las formas de organización de los mismos, los efectos, las
consecuencias, los elementos intervinientes, etc...
En
síntesis es posible afirmar que en todo proceso de evaluación reconocemos la
presencia de ciertos componentes:
1.
búsqueda de indicios: ya sea a
través de la observación o de ciertas formas de medición se obtiene
información, esa información constituyen los indicios visibles de aquellos
procesos o elementos más complejos que son objeto de nuestra evaluación. En
este sentido siempre hay que tener presente que toda acción de evaluación finalmente
se lleva a cabo sobre un conjunto de indicios que se seleccionan de modo no
caprichoso sino sistemático y planificado, pero no por ello dejan de ser
indicios. Por ejemplo la indagación sobre la adquisición de determinadas
competencias por parte de un grupo de alumno requiere de la búsqueda de
indicios, de pistas que nos permitan estimar la presencia o ausencia de dichas
competencias.
2. forma de registro y análisis: a través de un conjunto variado de instrumentos se
registran estos indicios, este conjunto de información que permitirá llevar a
cabo la tarea de evaluación. En este sentido resulta positivo recurrir a la
mayor variedad posible de instrumentos y técnicas de análisis con carácter
complementario ya que en todos los casos se cuentan con ventajas y desventajas
en el proceso de registro y análisis de la información.
3. criterios: un componente central en toda acción de evaluación
es la presencia de criterios, es decir de elementos a partir de los cuales se
puede establecer la comparación respecto del objeto de evaluación o algunas de
sus características. Este es uno de los elementos de más dificultosa
construcción metodológica y a la vez más objetable en los procesos de
evaluación.
Por
una parte se corre el riesgo que se planteaba inicialmente de reducir toda la
evaluación a una acción de carácter normativo en el cual solo se intenta
establecer el grado de satisfacción o insatisfacción de determinadas normas.
Por otra parte se puede caer en la tentación de eludir la búsqueda o
construcción de criterios con lo cual toda acción de evaluación resulta estéril
ya que solo es posible hacer una descripción más o menos completa del objeto de
estudio pero no resulta factible realizar un análisis comparativo. La mayor
discusión en materia de evaluación se platea alrededor de la legitimidad de los
criterios adoptados en una determinada acción evaluativa, es decir quién y cómo
se definen estos criterios. Esto se incrementa teniendo en cuenta lo que se
planteaba inicialmente de la débil cultura evaluativa de nuestra práctica
pedagógica escolar.
4. juicio de valor: íntimamente vinculado con el anterior pero
constituyendo el componente distintivo de todo proceso de evaluación se
encuentra la acción de juzgar, de emitir o formular juicios de valor, este es
el elemento que diferencia la evaluación de una descripción detallada, o de una
propuesta de investigación que no necesariamente debe contar con un juicio de
valor. Este es un elemento central de toda acción evaluativa y el que articula
y otorga sentido a los componentes definidos anteriormente por lo que tanto la
búsqueda de indicios, las diferentes formas de registro y análisis y la
construcción de criterios estarán orientadas hacia la formulación de juicios de
valor.
5. toma de decisiones: por último la toma de decisiones es un componente
inherente al proceso de evaluación y que lo diferencia de otro tipo de
indagación sistemática. Las acciones evaluativas cobran sentido en tanto
soporte para la toma de decisiones. Este es un elemento que adquiere
importancia central y no siempre es tenido en cuenta por quienes llevan a cabo
los procesos de evaluación y/o quienes lo demandan. Volver la mirada sobre el
componente de toma decisión significa reconocer que toda acción de evaluación
es una forma de intervención que trae aparejada la toma de decisiones en algún
sentido, aún cuando la decisión sea la inacción y por lo tanto los procesos o
fenómenos objetos de evaluación sufren algún tipo de modificación como
consecuencia de las acciones de evaluación.
Por ello se vuelve imprescindible tener
presente con anterioridad cuáles son él/los propósitos o finalidades que se
persiguen con la evaluación propuesta.
Teniendo
en cuenta lo antes dicho resulta oportuna, en términos generales, la definición
propuesta por T. Tenbrink: Evaluación es el proceso de obtener información y
usarla para formar juicios que a su vez se utilizarán en la toma de decisiones.
Las
funciones de la evaluación en términos generales se pueden reconocer diferentes
funciones frecuentemente atribuidas a la evaluación, las mismas no son
excluyentes sino complementarias y algunas se explican a través de las ideas
más generalizadas que se tienen sobre la evaluación y otras se relacionan
directamente con un concepto más completo y complejo de estos procesos.
1. función simbólica: los procesos de evaluación transmiten la idea de
finalización de una etapa o ciclo; se asocia con frecuencia la evaluación con
la conclusión de un proceso, aún cuando no sea este el propósito y la ubicación
de las acciones evaluativas cabe tener presente que para los actores
participantes en alguna de las instancias del proceso, éste adquiere esta
función simbólica.
2. función política: tal como se señalara en el apartado anterior una de
las funciones más importantes de la evaluación es su carácter instrumental
central como soporte para los procesos de toma de decisiones. Esta función es
claramente política ya que la evaluación adquiere un rol sustantivo como
retroalimentación de los procesos de planificación y la toma de decisiones
sobre la ejecución y el desempeño de los programas y proyectos.
3. función de conocimiento: en la definición misma de evaluación y en la
descripción de sus componentes se identifica como central el rol de la
evaluación en tanto herramienta que permite ampliar la comprensión de los
procesos complejos; en este sentido la búsqueda de indicios en forma
sistemática implica necesariamente el incremento en el conocimiento y la
comprensión de los objetos de evaluación.
4. función de mejoramiento: en forma complementaria con la función de
conocimiento y la identificada como función política, esta función destaca el
aspecto instrumental de la evaluación en tanto permite orientar la toma de
decisiones hacia la mejora de los procesos o fenómenos objeto de evaluación. En
la medida que se posibilita una mayor compresión de los componentes presentes
es factible dirigir las acciones hacia el mejoramiento en términos de
efectividad, eficiencia, eficacia, pertinencia y/o viabilidad de las acciones
propuestas.
5. función de desarrollo de
capacidades: con carácter
secundario, ya que no forma parte de los objetivos centrales de cualquier
acción evaluativa, los procesos de evaluación a través de sus exigencias
técnicas y metodológicas desempeñan una importante función en términos de
promover el desarrollo de competencias muy valiosas. Si se aprovechan
adecuadamente las instancias de evaluación, éstas contribuyen a incrementar el
desarrollo de dispositivos técnicos institucionales valiosos y poco estimulados
habitualmente.
Estas
competencias se refieren por ejemplo a la práctica sistemática de observaciones
y mediciones, de registro de información, de desarrollo de marcos analíticos e
interpretativos de la información, de inclusión de la información en los
procesos de gestión, de desarrollo de instrumentos para la recolección de
información, etc.
¿Para qué se evalúa?
La
pregunta por la finalidad de la evaluación constituye uno de los ejes centrales
junto con la definición del objeto a ser evaluado. En términos generales y en
función de las definiciones adoptadas permiten identificar algunas finalidades
principales de todo proceso evaluativo: diagnóstico, pronóstico, selección y
acreditación estas finalidades no necesariamente se plantean como excluyentes
pero sí determinan opciones metodológicas diferenciales.
La
finalidad de pronóstico enfatiza el valor predictivo que pueda tener la
información que se produce, es decir las acciones evaluativas persiguen como
propósito la producción de información con alto potencial anticipatorio y
explicativo sobre los fenómenos o procesos objetos de evaluación.
La
finalidad de la selección pone el énfasis en la utilización que tiene la
información producida por la evaluación con propósitos de selección, un ejemplo
claro de esto son los exámenes de ingreso a diferentes instituciones educativas
cuyos aspirantes superan el número de vacantes disponibles. En estas
circunstancias se opta por alguna estrategia de evaluación que con frecuencia
se justifica adjudicándole un valor pronóstico a estos resultados. La finalidad
de acreditación es la que más se vincula con este valor social – simbólico que
tiene la evaluación. En estos casos en énfasis está puesto en las consecuencias
que los resultados de la evaluación tienen para el individuo o la institución
objeto de evaluación ya que de su resultado depende la continuidad de los
estudios para un sujeto o la interrupción parcial de su carrera escolar, etc..
Los ámbitos de la evaluación
Si
bien las imágenes más frecuentes sobre la evaluación se refiere a la misma
aplicada a los alumnos, es importante tener en cuenta que los puntos centrales
señalados en este trabajo son también aplicables a diferentes ámbitos de la
evaluación educativa. Frente a la tarea, es necesario precisar -junto con la
finalidad de la evaluación – el ámbito dónde la misma tendrá lugar y procurar
definir las herramientas metodológicas consideradas más adecuadas para ese
ámbito, tanto en las tareas de recolección cuanto de sistematización y análisis
de la información.
De
este modo es posible diferenciar la evaluación: De los aprendizaje, de las
instituciones, del sistema educativo, de los programas o proyectos
Centrando la atención en la evaluación de los
aprendizajes la preocupación se ubica en la selección de las herramientas, las
técnicas y los instrumentos más adecuados para llevar a cabo la tarea de
evaluación. En la búsqueda de los instrumentos de evaluación es necesario tener
presente algunos aspectos fundamentales:
a)
una de las principales tareas del evaluador es la construcción de instrumentos,
por lo que es en este aspecto dónde se pone de manifiesto la pericia del
evaluador;
b) ningún objeto de evaluación , por ejemplo
el dominio de determinadas competencias, puede ser abarcado en su totalidad con
un único instrumento, por tanto es necesario abandonar la idea sobre la
posibilidad de construir un instrumento de evaluación absolutamente abarcativo;
c)
cada uno de los diferentes tipos de instrumentos y técnicas de recolección y
registro de la información posee ventajas y desventajas, la ponderación de
ambos aspectos y la idea de complementariedad de estos deben orientar la
selección de los instrumentos a emplear.
Existen
muchas tipologías o clasificaciones de instrumentos, pero más allá de la
adopción de unos u otros criterios clasificatorios lo central es poder
identificar estas diferentes herramientas como complementarias entre sí y por
ende la necesidad de incluir cierta variedad de las mismas en la tarea de la
evaluación. A continuación se presenta un cuadro dónde se enumeran diferentes
técnicas e instrumentos que se elaboran especialmente para generar información
que alimente los procesos de evaluación
Por
último se enumeran tipos de herramientas cuyo contenido central tienen
existencia anterior o independiente del proceso de evaluación y a los que se
recurre productivamente para extraer información según las necesidades
impuestas por este proceso. Entre ellos encontramos: ÿ análisis de contenido y
portafolios
Referencias Consultadas: Elola, N y Toranzos. (2000).
Evaluación educativa: una aproximación conceptual. Buenos Aires. [Documento en
línea]. Disponible: http://www.oei.es/calidad2/luis2.pdf. Consulta: Marzo, 02
del 2015.
Enfoque
Son intentos explicativos específicos propuestos
por diferentes autores respecto a la manera de concebir y desarrollar una
determinada situación de evaluación en determinadas condiciones naturales
- Surge por los teólogos protestantes quienes buscaban una nueva forma de interpretar la Sagrada Biblia, opuesta a la conocida.
- La ciencia depende del contexto social en el que se desenvuelve, permitiendo la comprensión de las conductas humanas.
- Surge por los teólogos protestantes quienes buscaban una nueva forma de interpretar la Sagrada Biblia, opuesta a la conocida.
- La ciencia depende del contexto social en el que se desenvuelve, permitiendo la comprensión de las conductas humanas
En la Educación
- No se requiere saber evaluación, sino tener conocimientos del objeto a evaluar.
- Tiene un alto grado de subjetivismo, por enfatizar la función calificadora de la evaluación y excluir al alumno de este proceso.
- Se basa en la obtención de información para emitir juicios centrados en criterios intrínsecos y extrínsecos sobre los programas educativos o currículos. (enjuiciamiento profesional o juicio por apreciación)
La Evaluación como medición
- Considera la evaluación como proceso de construir un instrumento de evaluación e interpretar estadísticamente sus resultados
- Objetividad, validez y confiabilidad de los resultados de la evaluación.
- Énfasis exagerado en las conductas tangibles u observables y en las pruebas estructuradas
- Excluye aspectos que influyen en el proceso de aprendizaje como: intereses, actitudes, hábitos y otros.
- Necesidad de determinar previamente los objetivos a lograr y que sirvan como patrón de referencia para evaluar su eficacia.
- Comparación minuciosa entre lo que se pretende y lo que realmente se concibe
- Establecimiento de objetivos en término de conductas observables
- Excluye conductas como: pensar, razonar, reflexionar, crear, conocer, comprender.
- Autor representativo Bloom, quien determina los dominios y los niveles de aprendizaje de los objetivos instruccionales creando las taxonomías de aprendizaje.
Evaluación como análisis de sistema
- Parte de la concepción de la enseñanza como tecnología.
- Por su carácter funcionalista prescinde de consideraciones de valor o éticos
- Por su carácter experimental, se basa en un modelo de investigación sobre enseñanza llamado proceso-producto.
- Correlaciona las diferentes formas de comportamiento docente con los resultados pretendidos en los programas de enseñanza oficiales medidos a través de pruebas objetivas.
- Eje principal: relación entre la eficacia a corto plazo y los costos económicos
Evaluación como información para la toma de
decisiones.
- El fin es innovar o reforzar lo existente, de acuerdo a propósitos definidos.
- Carácter pragmático, con la finalidad de que se tomen las decisiones más racionales y pertinentes.
- Stuffelbeam, específica 4 tipos de decisiones:
2.
Decisiones sobre medios para adquirir los fines.
Evaluación del diseño
3. Decisiones de aplicación, desarrollo del
programa.
Evaluación de los procesos
4. Decisiones de reciclaje, valoración de
resultados, congruencia entre resultados y propósito. Evaluación del producto
Enfoques en el Paradigma Cualitativo de la evaluación
- Comprende y valora los resultados de la acción educativa tomando en consideración las diferentes posiciones, opiniones e ideologías mediante las cuales los individuos interpretan los hechos, los objetivos y reaccionan en los intercambios.
- No solo se refiere al grado de aprendizaje logrado por el alumno, sino que también involucra cuestiones éticas relativas al aprendizaje que deben lograr y las consecuencias del mismo.
- Pretende promover en el alumno su autonomía y capacidad para participar responsablemente en su propio proceso de desarrollo personal y social.
- No enfatiza el logro de conductas finales en término de conocimientos adquiridos, sino que fomenta el mejoramiento continuo del alumno como persona libre, digna y participativa.
Evaluación basada en la crítica artística
El propósito es reeducar la capacidad de percepción,
comprensión y valoración de aquellos que participan en los programas o
experiencias educativas, haciendo un retrato veraz y profundo de las
situaciones y procesos educativos.
Evaluación basada en la negociación
- Concibe la enseñanza como un proceso dinámico, cuyo significado y cualidades están cambiando continuamente y son raramente predecibles
- Desplaza el paradigma de control y asume el paradigma integrativo que no busca moldear ni modelar, sino abrir posibilidades, caminos y sentidos.
- Promueve una práctica educativa multidireccional, interactiva y consensual.
- Toma en cuenta los importantes cambios producto del medio de aprendizaje, en su contexto material, psicológico y social donde profesor y alumnos interactúan.
- El evaluador debe considerar numerosas perspectivas y contrastarlas desde una posición de observador neutral.
- La realidad de cada aula es singular e irrepetible.
- La evaluación no puede ser preestablecida, sino que se va construyendo a medida que se va desarrollando el proceso educativo.
Evaluación respondiente
- Se orienta más a la descripción de lo que se hará que a los objetivos o intención del programa.
- Enfatiza más los problemas a solucionar que las teorías y enfoques.
- Considera opiniones de todos los involucrados en el programa.
- Busca responder a las necesidades de información de todos los participantes
- Busca formas de involucrar a los participantes en el análisis y valoración del programa educativo.
- Plantea conocer en toda su dinámica y complejidad la realidad de la vida del aula, para así poder intervenir en ella y decidir qué y cómo hacer para mejorar su desempeño.
- Plantea que la comunicación, el consenso y la negociación son muy importantes para promover el cambio real de la práctica educativa.
- Permite contrastar puntos de vista con la manera real de los acontecimientos y con las interpretaciones de los demás, favorecer el debate y propiciar la investigación-acción.
Evaluación sin referencia a objetivos
- Plantea que la evaluación no debe limitarse a constatar el grado de consecución de los objetivos, sino que debe abarcar el análisis de la bondad del programa en cuestión.
- Se deben analizar las necesidades del consumidor más que sobre los objetivos e intenciones del producto.
- Se concibe como un mecanismo de retroalimentación que proporciona información para lograr más y mejores resultados con mayor nivel de satisfacción y con menor costo económico, social y psicológico.
- Permite el desarrollo de la responsabilidad y capacidad de pensar por sí mismo.
- Desarrollo de la capacidad para resolver problemas.
- Enfatiza la evaluación multidireccional fundamentada en la autoevaluación y la coevaluación.
Evaluación integrativo - adaptativa
- Integra los paradigmas cuantitativo y cualitativo y los adapta a las características socioculturales y políticas del contexto venezolano.
- Contempla aspectos previstos e imprevistos.
- Reconoce variables intrínsecas y extrínsecas en el objeto de estudio.
Evaluación Constructivista
- El grado en que los alumnos han construido interpretaciones valiosas de los contenidos curriculares.
- Significatividad de los Contenidos
- El grado en el que han sido capaces de atribuirle un sentido o utilidad a dichas interpretaciones.
- Funcionalidad de los Contenidos
- El grado en el cual los alumnos han alcanzado el control y responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje.
Referencias Consultadas:
Acedo de Buen, M y Bolívar, J.( s.f). Tipos de Evaluación. Enfoques. [Documento en línea]. Disponible: aprender.homestead.com/evaluacion/Present/Tipos_de_evaluaci_n.ppt.
Consulta: Marzo, 02 del 2015.
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